martes, 31 de enero de 2012

¿Y ahora que?

La pregunta desnuda la duda, y la duda desviste el temor.

Confieso no sentirme preparado para lo que sigue. Quizás si lo esté, pero no lo siento así. Muchas veces he tenido el ánimo desprotegido, anduve deambulando medio atontado, esperando un cachetazo que me despierte, o que me duerma, y me permita descansar un rato de los fantasmas. Aun estoy vivo, y no podría decir que "me va mal", por lo que debo deducir que me haya sentido o no preparado, que lo haya estado o no, no han hecho mayor diferencia.

Esta sensación, la de no saber que viene, por un lado estimula, por otro lado asusta. Quizás el hecho de que esté lloviendo y no haya sol tenga que ver. Por algo, los antiguos adoraban al Sol, como dador de dones, como generador de vida. ¿Eran creencias primitivas, no?. Adorar al sol, el agua, la tierra. Después apareció otro que dijo "Todo esto lo invente yo" y allí nos fuimos, crédulos, como si el hacedor fuera más importante que la obra. El caso es que llueve, es un día gris, y una cierta tristeza se apodera de mí.

Tengo un día así. Debiera estar más o menos contento, pero no me sale aun. Si creyera que el dinero hace la felicidad, tendría el consuelo de una indemnización. Es cierto que calma los nervios. Puedo aguantar unos meses. Si consigo pronto un nuevo empleo, puedo capitalizar unos pesos, lo que no viene nada mal. Hay algunas cosas postergadas, por falta de presupuesto.

Miro el jardín. El agua lo revive. Los verdes se ven más limpios, y el mar de pinocha gana un color naranja. La grama finalmente está ganando donde faltaba cubrir, ya casi todo está verde, o parece verde desde aquí. Las orquídeas comienzan a florecer. En un par de semanas, o quizás un poco más, habré o habremos o le habremos pagado a alguien para que pinte lo que tenemos que pintar. Me falta colgar algún cuadro en su nueva ubicación, hay un par de adornos nuevos que quiero ubicar donde se luzcan. Los plantines de frambuesa parecen prosperar.

Curioso, pero confirmado. Una casa cada vez más personal y más linda, un jardín que gratifica. Se nota, tanto en la casa como en el jardín, el propósito de mejorar. Uno se pone un objetivo, traza un plan, lo ejecuta, ¡y funciona!. Si todo fuera tan sencillo. O al menos, tan inexorable.

2 comentarios:

  1. Apenas queden redes de seguridad.
    Deberemos aprender a vivir al día.
    Que futuro...

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  2. Esto lo podría haber escrito yo ayer, pero me ganaste de mano gracias a la picazón, ajajja!!

    Bay!

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