domingo, 31 de marzo de 2013

A veces sueño el sí

A veces sueño el sí,
otras pesadillas
donde todo es imposible,
cada tanto me propongo
no mirar más hacia atrás
y al término
de la vuelta al mundo
estas otra vez ahí,
es un día menos
o un día más tarde.

Recuerdo
la noche que alumbró
el acta de defunción,
el poema cuyo único defecto
fue ser el asalto final,
el triunfo del cobarde,
una estocada mal hiriente,
la justicia de Salomón
cobrándose mi garganta.

sábado, 23 de marzo de 2013

Otra noche más en Ludoviko

En el más allá nos encontramos todos
y desde allá desando el camino
hoy vi el amor demasiadas veces
para elegir acostarme solo.

No sé porque no supe hacer mas,
agregar mis labios sobre un beso ajeno,
tomé nota de otro amor imposible,
de un amigo, una mujer y un nuevo amigo.

Otra noche más en Ludoviko,
cada vez más cerca del otro lado,
le conté al nene mis intenciones,
le mostré la mano que sostiene la piedra.

Será ese día tarde o temprano,
tarde es nunca, nunca es tarde,
no se sabe lo que voy a decir,
hablaré del padre y de la madre,
de sus ausencias y de todo lo que signan.

Un poema más, no sé si decir esto,
no sé si decir que no sé que decir,
el camino se me hace largo
la hora se hace difícil,
ya no quiero más hablar de nada.

martes, 19 de marzo de 2013

Post Varieté

Resumir una varieté de cuatro horas raya con la insolencia. Es un esfuerzo que requiere el esfuerzo adicional de convertir una gratísima sensación de plenitud en una colección de recuerdos individuales, ejercicio que no es el de la hora. Fuerte, poderosa, variada (como supongo que su nombre indica). De entre todo lo que vi, voy a intentar una lectura del número en el que estaba más presente la palabra metáfora, en el que estaba más libre la palabra símbolo y en el que la palabra significado adquiere todos los colores de la luz a través de un prisma. No me resulta evidente como salir de la primera lectura, mientras espera el comienzo de un viaje, el sueño como liberador, si hay que hablar de la vida como una jaula y del pájaro afuera, lecturas todavía básicas, todavía muy parecidas a la primera, no contesta el porqué está ahí esa persona, el porqué está sola, el qué la espera, donde. De cierta forma no contesto nada, no he dicho nada que supere lo trivial. La palabra baile, la palabra danza (más adecuada), adquieren un significado nuevo, ¿cual es el viaje y de quién es?, ¿por qué la felicidad es inestable?, ¿por qué cuando salimos de la silla, cuando elegimos despertarnos, sucede todo tan rápido?, ¿por qué un violín puede ser una alfombra mágica que nos traslade?. Me cuesta escarbar, llegar al hueso, en este intento casi obsesivo de entender con mi lado consciente.

sábado, 16 de marzo de 2013

Varieté

Poseído,
voy a la varieté
hablando solo
y con Dios y con el Diablo,
echándoles en cara a cada uno
lo que tienen de impostores.

En situación,
pasando la realidad
de los sentidos
al inconsciente,
asimilando toscamente
las luces y los carriles

Presuroso
por compartir la buena nueva,
confirmar
en lo que viene
lo que leí en versos ajenos,
zambullirme en lo irreal,
nadar debajo del ombligo
en esa gigantesca placenta
una vida amniótica,
viendo el parto desde adentro,
esperando
la hora de nacer.

lunes, 11 de marzo de 2013

Dividido

Vivir divididos.

Alguien
concibió la maldición,
dio a luz
y pegó el grito.

La espada de Salomón
quiso que fueran dos mitades
que se miran y se esconden,
se conocen y se temen
discutiendo
como dos desempleados
desde sus jardines,
separados
por una tapia
delgada.

El día libre
presto a su final,
la orden de volver,
la tentación del otro lado,
que la taba
se decida de una vez
y confirme
lo que ya sabe de este caso.

Saludar
a los perros y a las gentes,
mirar escotes y braguetas,
de todo el dame dos y el vale cuatro,
contra flor al resto
y se acabó el partido.

Bien dijo quien
partir es morir un poco,
partido,
dividido.

sábado, 9 de marzo de 2013

Otra Noche En Ludoviko

Hipnotizarse sin dormir,
conocer la trastienda,
lo que pasa antes,
como se organiza,
reconocer una actriz,
conocer el número de cierre.

Se recitan los nombres sorprendidos,
escriben y tachan sobre los cuadernos,
no viven los nervios del debut
sino el olvido completo
de la próxima función,
fechan la hoja,
recuerdan la muerte de Bolívar
y eligen la música con esmero,
sobre una pared
yace minucioso
el orden de los artistas.

Ella baila
la canción del momento
en el centro de la pista,
voces y veces, necesidades negadas,
voy a usar la escoba
para todo lo que sirve,
voy a regalar otro poema.

Conozco
a las personas que trabajan,
otra noche en Ludoviko,
otra más,
no sé si soy o estoy actuando,
dejé de saber lo que se hace,
decir cinco palabras seguidas:
what are you doing here now?,
fue
como una sesión de gimnasia.

Esta noche voy a viajar
a medir las ramas de los árboles,
a presenciar un número fuerte,
me sorprende
creer que esta pueda ser la hora,
un poco de miedo a la palabra temprano,
respirar aire fresco
y presenciar el parto,
prescindir de las conversaciones,
la canción de soltar el pelo
rima con el brillo de la calva.

Irse
y sin decir por qué,
sentirse
por un momento extraño,
doy las gracias
ante la fórmula obsequiada
y atesoro el presente,
cambio manzanas por nueces,
pierdo la pelea
con el dinero.

Es una noche para quedarse,
payaso collage,
no me dan los ojos,
la foto de la foto,
aunque me mirés así
circo gris,

a la una, a las dos
y a las tres
y acabo de contar una historia.

Confundir los nombres de los actores,
encontrar el vaso
perdido y olvidado,
la oportunidad
de hacer mi número
encontrar
las huellas de mis manos
sobre la pared
y mi palabra al aire libre,
empezar la cuesta
en punto muerto,
querer contarme quien soy,
pensar más despacio,
contarme a mí quien soy,
poner punto final a este poema,
ver toda la circunferencia desde el centro,
escuchar conversaciones
en todos los puntos cardinales,
estar atento a la belleza y a las copas,
ver el reparto de los panes y los peces,
apagar al mono
que nos revolea cocos
desde la palmera.

Se conversa
del lado oscuro de la casa
pero he leído menos,
mientras fuman porro
como nueces,
cada tanto
un botellazo en la cabeza,
como metáfora,
come on baby dame nesquick
y un tema de los Doors,
evito lo que no me interesa
y voy y vengo
como el holandés errante,
compré una botella
para cambiar un billete,
casi de alta
de la rutina de los jueves,
la gente ya sabe
lo que me gusta hacer,
imaginarme detrás del escenario,
ver la letra hecha pública,
conversar con todos
y conmigo y con nadie.

Faltan los naipes sobre la mesa,
tal vez hoy sea
la noche cuando actuar
para ir a decir
lo que yo creo
cuando me den la entrada,
cuando me den el pie,
ahí vienen los artistas,
los veo en primera fila,
si esto fuera un karaoke
elegiría cantar
borracho y loco
junto a la mujer que admiro.
Llegar tarde y primero al mismo tiempo,
bienvenidos al otro lado
suenan las puertas,
hay un dato
que no está dado,
que nadie tiene,
pongo la botella en su lugar,
acomodo el vaso
y dejo reservada mi baldosa,
que no corra peligro
sentado en el piso,
me equivoco al pronunciar un nombre
aunque la duda subsiste.

Tengo
la formula de la felicidad
pero no la conozco,
yo estoy aportando.

viernes, 8 de marzo de 2013

Palabras Vivas

Así son las cosas, de tanto en tanto
me quedo a solas con mi ausencia
en un escenario absurdo de tan grande
bajo la atenta mirada de quien sabe
cuantos pares de ojos de fantasmas.

Me siento cerca de lo que estoy buscando,
de aquel poema que exprese lo perfecto,
aun y a pesar de saber que nadie espera
o nadie quiere o nadie quiso nunca,
cualquiera sea la verdad libra mi voz
para que las palabras que gesto sean paridas
y vayan por ti y por todas tus opciones.

martes, 5 de marzo de 2013

Paseo nocturno


Pasó
como una esfinge negra
y un póker de deseos
con los ojos convertidos en garras
se abalanzó
con la desesperación
del ave de carroña:
se trata de comer o morir.

Esa exacta misma manera,
ese momento de alucinación
en el que el brillo de los dientes
le habla al hombre,
el sólo recuerdo me pone en guardia,
sobre la tierra arrasada
se sigue trabajando,
especialmente de noche,
intentando convertir la vida en versos

Me apuro
bajando escaleras
por ese último tren
al que me voy a subir
solo como estoy ahora,
una semana, quince días,
una distancia inalcanzable.

Por ahí
un calor negro
aterriza en mi sexo,
el engaño a la espalda de uno mismo,
lo militar del uniforme, y la visera
del soldado desertor, desconocido
tomando del hombre las opciones.
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