martes, 17 de enero de 2012

Hay que matar al mensajero

Me pasa, bastante a menudo, que algo me deja pensando.

Quienes me conocen mejor, saben que siempre agradezco dos veces un presente: primero al recibirlo, antes de abrirlo, y luego después de verlo y saber de qué se trata. Jamás digo que algo no me gustó, o que es feo, o que no lo preciso. Si el que me hace el obsequio me quiere, seguramente ha invertido algo más que dinero, un poco de tiempo, y si es de los míos, además de tiempo y dinero, se habrá esmerado en regalarme algo que piensa que me agrada y que también le agrada a él. Así al menos soy yo. No regalo lo que no me gusta. Es una actitud egoísta quizás, regalar solo las cosas que me gustan a mí. Aunque sepa que a vos te encanta esa prenda, si a mí no me gusta, no te la regalo. Prefiero correr el riesgo de que mi obsequio no te agrade, antes que apostar a seguro en lo que no me satisface. Regalo algo más que el tiempo dedicado a la elección -y el tiempo dedicado a ganar el dinero necesario- regalo mi voluntad y mi intención de encontrar un gusto en común, un punto de unión con el agasajado.

Leo lo que alguien escribió, cuando veo que alguien actualizó voy a ver qué dijo. Como si fuera un obsequio, lo desenvuelvo, a ver que me toca. Leo y leo. Sé que podría dejar muchos más comentarios de los que dejo, pero elijo el silencio la mayor parte de las veces. En algunas oportunidades, un poema me pega en el rostro y me despierta, alguna vez encontré útil aportar un punto de vista o un matiz sobre alguna idea, escasas veces dejé un comentario a modo de saludo. Alguna vez me pareció ver una conexión entre algún post mío y otro, como si me contestaran desde otro blog. Sé que la mente tiene esas cosas. Muy probablemente, este post en particular haya nacido, o mejor dicho haya sido concebido, como respuesta a uno o más artículos ajenos. Distingo entre nacimiento y concepción, porque la parte donde respondía no sé donde está, y veo que el viento sacudió la pluma y la llevó a donde quiso.

Uno escribe y escribe. A veces en papel, a veces en el teclado, y muchas veces en el aire, mientras manejo, mientras viajo, mientras trabajo en el jardín, voy pensando en palabras y combinaciones, reciclando ideas, destilando ideas, a ver qué queda de ellas. Tengo algunas hermosas combinaciones de palabras, que no publico, porque serán técnicamente correctas y hasta quizás amenas e interesantes, pero no me representan. Las releo, y no me veo entre líneas. No parece mi voz. Volviendo al punto, si no me gusta, no lo regalo. Si fuera Borges, quizás María Kodama estaría esperando que me muera para publicarme. No es el caso. No lo lamento por eso, no me interesa ni ser Borges ni vivir con María Kodama, aunque lo poco conocido que soy alimenta mi orgullo, y poder vivir de este don y no de un oficio tecnológico me haría muy dichoso. El caso es que, si no me gusta, no lo publico.

Pero, como uno cambia y las letras no, o uno cambia con más facilidad que las palabras, encuentro que en algún momento publiqué cosas que hoy no me agradan. Si volviera a empezar, no sé si podría reescribir las cosas que escribí, de esa manera. Del mismo modo, de pronto encuentro como borrador algo y lo releo y hoy si, hoy me agrada. Es difícil ser juez de uno mismo. No voy a pedir que me devuelvan nada de lo publicado, que dejó de pertenecerme desde el momento en que vio la luz, y es muy probable que, muchos de los que hoy son borradores, terminen por conquistarme con el tiempo.

Y esto que es: ¿cambio o evolución?. No sé, ni me importa. Podría decir de mi mismo que me reservo todos los derechos, incluso el de contradecirme, excepto en esta reserva. ¿Es una paradoja?. Así lo quise, pero debería sacar papel y lápiz y hacer un ejercicio de lógica para confirmarlo. Releo y creo que es lo mismo decir todo eso que cortar en cualquiera de las dos comas de la frase. A veces, escucho que escribo innecesariamente las cosas en difícil, cosa que discuto, porque no queda claro de quien es cual necesidad. Es lo que hay. Ojalá te agrade que sea lo que soy, o que hable como hablo. Me conformo con que me aprecien las personas que me importan (y si no, el mundo es grande).

Quizás me consideren un loco lindo, un tipo fuera de norma. Sé que soy un bicho raro. En primer lugar, porque me pongo en objetivo, y un bicho es un bicho, y lo raro es raro, y ni ser bicho o dejar de serlo y/o ser raro o dejar de serlo es bueno o es malo. No le pongo una connotación positiva o negativa a la expresión. O quizás sí. No tengo ningún problema en ser un bicho raro, es más, me encanta que me consideren un bicho raro, un sapo de otro pozo, una persona extraña, un tipo medio pirado. Una catarata de elogios.

PD:
Si el regalo no te gusta, quien te lo obsequio no debe saberlo.
Hay que matar al mensajero, para que no trascienda la desilusion.

1 comentario:

  1. Bueno, cabe aclarar que leí "Hay que matar al mensajero" y dije, oh qué interesante, esto tiene que estar en sintonía con mi "Soy un bicho raro" que a su vez se desprendió de un tema de Radiohead que escuché por la mañana y que decía precisamente eso, con el significado inmediato que le damos a ese "soy un bicho raro" ni bueno, ni malo, diferente. Y está bueno poder ver qué cosas me diferencian del otro. Tanto como está bueno ver qué cosas me acercan al otro. Por ejemplo, a mi me interesan tus reflexiones. Tus pensamientos en voz escrita, porque me aclaran cosas que yo suelo tener revueltas y no soy capaz de plasmarlas.
    Esta vez, tal vez me siento involucrada con lo que has reflexionado desde otro lugar, yo sé qué cosas motivaron cada una de las palabras que dije en mi post, y por ahí no tienen que ver con lo que mis palabras te dispararon a vos, y no está mal. Cada uno al leer recrea el texto y lo interpreta según sus circunstancias, su día, su humor. Es mas creo que el otro día, si, si fuiste vos!!! El otro día escribiste una entrada fantástica con este tema.

    Digamos que soy un bicho raro mitad pato/mitad perra negra/ y mientras pasa eso sucede que soy Patricia, esposa, madre, vecina, hija, amiga, recicladora de objetos en desuso, bueno ya hablaremos de eso en otra oportunidad.

    Besos!

    ResponderEliminar

Prefiero no recibir comentarios anónimos y sin firma.
Si no tiene una cuenta, invéntese un nombre de fantasía.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...