jueves, 29 de noviembre de 2012

Insomnio

5:18am

No hay una razón que pueda enunciar de porque el sueño se interrumpe a esta hora. No he descansado lo suficiente, ni tampoco he descansado cuanto me propuse. Sencillamente me desperté, sobresaltado por una pesadilla absurda, que no puedo interpretar. Ver desde lejos que mi abuela (no quedo claro cuál de ellas; tanto Tilín como Aíta murieron vírgenes de la informática hace años) dejó sobre la mesa de un bar, en la vereda, la notebook donde escribo ahora, acercarme con cierta premura y tomarla para que un parroquiano que se encontraba a pocos metros me confunda con un oportunista ladrón y alcance a colocarme una primera esposa mientras yo apenas comenzaba a balbucear una explicación sin darme tiempo a convencerlo de mi derecho. Creo que se estaba identificando como policía, pero esto último ocurrió en la frontera, en el preciso momento en que el sueño y mi estado de inconsciencia llegaban a su fin.

Me sobresalté, me serené, pensé en volver a dormir, pero este pensar fue tan solo la señal de arranque a mi cerebro. Una tras otra comenzaron a presentarse las imágenes y las ideas, y al cabo de pocos minutos me convencí de que no me volvería a quedar dormido a tiempo. Podria haber permanecido en la cama, con los ojos cerrados, intentando dormitar con suerte imprecisa y la certeza de que si recuperaba el sueño sería apenas unos minutos antes de que el despertador hiciera su primer anuncio. Opté por levantarme, cuando caí en la cuenta de que esta desventura podria dejar de ser anónima y convertirse en un relato personal.

En los pocos minutos que duró el intento de invocar a Orfeo recordé algunas cosas y noté otras. No sé de quién es el gallo que cantaba ni si es el mismo que sigue cantando, no he visto cual de mis vecinos es su dueño o anfitrión, y ahora ya levantado caigo en la cuenta de que no recuerdo haber escuchado un gallo cantar en los varios meses que llevo en este departamento constituido en simulacro de vivienda; el efecto de su voz ha sido útil, o por lo menos debo convenir en que es una de las causas de que diera por fracasado mi intento de acumular unos minutos más del otro lado de las sabanas y la conciencia.

Adelanté algo de los planes para hoy. Tengo terapia después del trabajo y una varieté para cerrar -espero que únicamente la parte pública de- la noche. ¿Y si voy con el auto?. Sé que hoy dormiré en otra casa, no sé aun si en la de Cecilia o en la de unos sobrinos, no sé donde dormiré viernes y sábado, el domingo sé que debo volver a recolectar a mis hijos, incluyendo a los menores en la casa de su madre, para participar de una reunión familiar. Podria ir en auto, dejarlo estacionado en la calle Pasco al 500, para juntarme con ella después de mi sesión de análisis, llegar en subte hasta la biblioteca a la cual me afilié hace unos días, que oficiará de teatro y restaurante y emprender luego si tengo suerte uno de los dos regresos posibles hoy (si no logro alinear los astros emprenderé el otro camino y dormiré solo). Es buena la idea de llevar el auto, porque entonces tengo más comodidades para transportar algunas mudas que podre precisar durante el fin de semana, que exceden la capacidad de la pequeña mochila en la que acomodé poco más que lo imprescindible para enfrentar el viernes después de hoy.

Es recurrente en mí la capacidad de imaginarme innecesariamente situaciones de conflicto, o de peligro. Adelantar discusiones. Este es uno de los temas identificados en un ejercicio previo a mi sesión de psicoanálisis de hoy, en una lista de cosas que aun no logro solucionar y con las que tampoco logro convivir con resignación. Es el tema del sueño, el que me despertó. Una situación de ese estilo, en la vida real, tiene muchas maneras de resolverse. Podria no haber estado la computadora en su lugar, al fin y al cabo era un blanco fácil para un oportunista como el que creyó que era yo aquel que me esposó tras confundirme, podría haberse producido un cortés cambio de palabras, pero la situación devino tensa y violenta. Hay una conexión muy evidente entre el inconsciente y los sueños, no voy a distraerme en el análisis interpretativo del significado detrás de los hechos soñados, sino puntualizar en el vivir por adelantado una experiencia bélica; no es tan evidente la conexión entre el inconsciente y el consciente, pero esta tendencia a adelantar y transitar hipótesis de conflicto que rarísima vez se verifican en la realidad es uno de los motivos en los que veo que la distancia de los sueños al inconsciente es la misma que la de lo consciente a lo insconsciente, con apenas unas dendritas de diferencia. Pienso ahora que quizás que no me la hayan robado constituye una mejora terapéutica.

Este mismo tipo de situación, quizás con un motivo más cierto, es la que imagino con el programador que tiene a su cargo construir un documento técnico, tarea que le asigné hace algunas semanas y que, a pesar de que declama que sólo le lleva un rato, aun no pudo comenzar. Al escribir aun no pudo comenzar ya me estoy adelantando por donde no debo, porque no tengo más que la firme sospecha de que no lo hizo, pero no tengo la certeza, como para ponerme a imaginar en qué tono llamarlo al orden o escalar la situación. No nos caemos bien, no debiera mezclar lo personal con lo laboral, pero ambos aspectos de mi vida confluyen sobre mí mismo. Me voy de tema. Ya no importa si tiene justificación o no el recelo con que me trata, no importa si el trabajo está adelantado o no, sino ¿por qué convertir la hipótesis de su atraso en una discusión?, ¿por qué adelantar los términos de una discusión que no se si sostendré?

Viví todas estas cosas, y alguna más que ya olvidé, porque en ese proceso de volver del otro lado a este algunas vivencias se pierden o quedan sepultadas en algún lugar profundo. Sé que no llegué a recordar todas las que me ocurrieron. Al encontrarme rodeado por mis dos hijos menores volví a pensar en la conveniencia de comprar una segunda cama de dos pisos, a fin de que cuando paso la noche con lo que desde hace unos meses a esta parte es mi familia completa tengamos un lugar para cada uno, aunque la cama matrimonial y este servidor merezcan mejor suerte que dormir solos, situación que ha sido necesaria también para que levantarme a escribir sea una mejor opción que quedarme en la cama despierto aprovechando esa hora de tiempo robada al sueño de una mejor manera.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Estos días

Pasado
y más pasado,
toneladas de historia,
telarañas, redes,
una vida convertida en laberinto,
corro, corro
intentando caminos y puertas.

Estos días me resultan conocidos
y al mismo tiempo son tan nuevos,
no sé si ya te tuve o te soñé.

Ayer fue mañana hace dos días
y mañana será ayer en otros tantos,
los puentes que crucé ahora no existen
y tampoco los que enfrentaré mañana.

No pensar, no pensar,
no dejar que la duda sea una opción,
ir, ir, jamás volver, ir
siempre hacia el oriente
como un Ícaro sin alas.

domingo, 25 de noviembre de 2012

ñam ñam ñam

Lo que me gusta de ti
son las cosas sin nombre,
milagros intangibles.

Percibir la luz que se refleja
en tus ojos serenos como lunas,
el olor del aire cuando exhalas,
las baldosas tibias tras tus pies
y esa voz hecha íntimo secreto.

Cuando estoy contigo
no estoy solo sino a solas,
el mundo se eclipsa entre tus labios
y el sol se evapora en tu presencia;
eso también me gusta de ti:
como se enciende lo que iluminas
y se apaga todo cuanto no hace falta.

Cuando estoy contigo a solas
el universo se reduce a nada
más que ese espacio compartido
de brazos y piernas como espadas
afiladas y melladas tantas veces.

Cuando estoy contigo a solas
somos castillo y torre
y somos foso y planchada,
somos sólo necesarios,
sólo un todo entre la nada.

Domingo y solo

25/11/12 13:23

Como flores sin fruto,
como árboles sin sombra,
tengo un día tan huérfano,
palabras que no pronuncio,
caricias desperdiciadas
y esta tosca red
que atrapa algunas voces.

Entre todo lo que hay
tengo una ausencia,
un silencio estéril,
una soledad sin eco.

martes, 20 de noviembre de 2012

Lagrimas rojas

Lloramos por Awschvitz,
y los armenios
y los hutus y los tutsis
y los bosnios y los otros.

Lloramos por los nuestros
y los ajenos
unas lagrimas piadosas
que lavan nuestra conciencia
de todas las muertes
que nos cargamos
para comprar el progreso
de comfort y bienestar.

No los matamos a todos,
apenas los necesarios,
para decirnos dueños
de lo que no nos pertenece.

Todo comprado con sangre.

Etcétera

Apuestas sobre la mesa
al viceversa del sol,
cuando entendemos la palabra etcétera.

Como podré explicarte mi voz,
no la conozco, no sé, o si,
la duda debilita el equilibrio,
osteoporosis de mi mismo,
materia disuelta, degradada.

Deberé aprender a escribir,
si es cierto, habrá otro día.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Del bien y del mal

En algùn lugar sabemos lo que està bien y lo que està mal, entendiendo bien y mal desde una òptica personal. No se trata de una dicotomìa planteada por sistemas morales o religiosos o legales, no es un bien o mal en la opiniòn de otros sino en la nuestra. Cuando acallamos todas las voces, las ajenas y las propias, y dejamos de acosarnos, de estudiarnos, cuando dejamos de lado todo lo que nos dijeron o nos hicieron creer y nos concentramos en lo mas bàsico de nuestro ser, el bien y el mal se reducen a un efecto sobre nosotros mismos.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Demencia


La fe en el juez
del juicio perdido
en algún lugar en otro lado,
los testigos aplaudiendo el alegato
y hablando cada quien de cada que
como si nadie escuchara.

Resultó la hipotenusa
un atajo huérfano de escalas
y yo tan submarino
gozo cuando no padezco
lo que Arquímedes predijo,
cada tanto me siento ajeno,
extraño del lugar en que buceo,
que no lo entiendas no lo desmerece
(que ya lo sepas tampoco).

Bajo las planchadas sobre el foso
y dejo los cerrojos francos,
jamás pido un santo y seña
antes de escalar la torre,
cuanto más lejos voy
mejor te escucho y te veo,
y más te necesito.

Debieras visitarme más seguido,
quizás logre contagiarte
la alegría que tengo al bailar solo
y la paciencia con que me desvisto
mientras amputo a los rehenes
para alimentar mis cuervos.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Funerales

Todo está bien,
todo estará siempre bien,
aunque las nubes
hacen sombra y se hacen niebla.

Con la misma pala
con que trabajo la tierra,
con la misma cavo
el refugio del cadáver
que me habita,
me acompaña y me gobierna
haciéndome promesas al oído.

La muerte, otra vez
se hace presente y me saluda,
me trae flores, me corteja,
enciende velas, quema mirra,
pone los platos sobre la mesa
y tiende la mesa sobre mi lecho.

Está en duda mi lugar en el banquete,
la suerte de saciar mi gula
o una entrada triunfal en andas
con las vísceras ausentes
y el maxilar vencido
por un fruto entre los labios.

Todo está bien, menos el resto,
también todo estará bien cuando no esté,
siempre desprecié los funerales
disculpen si llego tarde al mío.

El deseo y el temor

El deseo y el temor (12/11/12)

Hay un grado de equivalencia planteado académicamente entre el temor y el deseo, hay una relación entre ambas cosas que tienen que ver con nuestro origen más primitivo posible. En el momento en que empezamos a pensar el temor y el deseo se aproximan. A nivel individual esto es así y a nivel general entendiendo por general el nivel más amplio posible, el nivel de la especie hu
mana. A ese nivel, cuando dejamos de ser como raza biológica algo no pensante para ser algo pensante, en ese preciso momento conocimos el deseo como motor de la acción y el temor como freno después de ver que alguna vez el deseo nos hizo sentir mal. El primer ser humano sobre esta tierra que tuvo la posibilidad de pensar tuvo un deseo y probablemente a ese primer ser humano algo le haya pasado y el segundo ser humano viendo lo que le pasaba al primero conoció el temor.

El temor debe ser posterior al deseo. Primero deseamos y después tememos. El temor y el deseo nos han acompañado desde –disculpen mi ignorancia- no sé si antes de Neanderthal o antes de Cromagnon, alguno fue más antiguo que el otro pero yo estoy hablando del hombre más antiguo de todos, el que no queda claro ni siquiera de donde fue. Ese primer ser humano conoció el deseo y ese o el que siguió conoció el temor y desde entonces hasta hoy están con nosotros. El deseo para decirnos donde y el temor para decirnos como. (Que y donde, cómo y cuándo).

Llevando esto a un plano más personal en la palabra temores coincidí contigo el otro día, en reconocernos mutuamente que tenemos temores que tienen que ver con lo que deseamos, por ahí uno piensa que el temor es no poder el deseo. Yo no tengo temor de perder nada de lo que no me importa. De lo que no me importa todo se puede perder. Lo que me importa es imperdible, lo que me importa es un deseo y a partir del momento que tengo el deseo contigo tengo un temor, de no poderlo. Estamos viviendo un pequeño milagro, si un milagro puede ser pequeño. Lo que estoy viviendo es un milagro, y está como un poco a prueba ver si es un milagro de verdad. El temor de que no nace del deseo porque si. Donde nos importa no podemos perderlo, lo deseamos y cuando lo deseamos conocemos el temor. El temor nos dice como lo que el deseo nos dijo donde. Primero se desea. Me complace compartir este milagro.

domingo, 11 de noviembre de 2012

El temor y el deseo

11/11/12

Hace unos dias entendi que el temor nace del deseo, y hace un rato encontre las palabras para explicarlo. Nuestra coincidencia en esa palabra -temores- y en ese temor en particular nace de un deseo en el que tambien coincidimos, como coincidimos en la palabra milagro y en la palabra amor.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Me encanta

Me encanta tu manera de ser
tímida en tu timidez
para ocupar el lugar que eliges
como si fuera tuyo y no de otro
este, tu lugar en mi mundo.

Me encanta tu manera de ser,
la osadía de tus manos
marcando el territorio
del que no podré escapar
antes de que lleguen tus fauces.

Me encanta tu manera de ser
mía.

Me encanta tu manera de decirme
la importancia de vivir presentes
conscientes del horizonte.

Preciso descansar

10/11/12

Preciso descansar. A la falta de horas de sueño, sistemática, a la reiterada postergación del reparo, le sumo haber estado comiendo y bebiendo. Mi cuerpo acusa recibo de un ritmo insostenible y me presenta la cuenta en forma de pesadez y somnoliencia. Protagonizo una carrera de resistencia, me acerco a la meta, exhausto, con los párpados grávidos y densos suplicándome que permita que la fuerza de gravedad los clausure hasta que la cama se aburra de mí y me expulse entrada la mañana. Quiero dormir, dormir y dormir. Quiero sentirme liviano, enfrentar lo que sea sin esta permanente sensación de hastío que me doblega invitandome a cerrar los ojos y hacerme un ovillo, a esconderme de la luz.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Destino Varieté


Conservo la sangre fría
aunque no deba,
los ojos hielos
entre las llamas,
el oído aguzado
ante los dedos filosos
y ella y su corazón
en un cuarto de clausura.

Parado en primera fila
atiendo la canción
de la orquesta de la hora,
mientras jugamos a Sam
la vista y el ojo se disocian,
la noche se hace naranja
cuando bajo de los barcos
y hay tanto color en las calles,
tantos en tantas vidas,
a pesar del estorbo
de las plegarias expuestas.

El aire todo está redondo,
son sólo esferas y la mía
una pompa de jabón
cerca de su destino,
mi otra cara en el espejo
me está diciendo algo:
monos al norte y al sur,
por un momento viví la jaula.

En los ojos de la calle
las miradas parecen familiares,
vengo con la cara limpia
y tiempo suficiente para el paso,
el lobo no sabe lo que quiere
cuando evita atacar a sus becerros.

Me faltó hoy posar para la foto,
no comprendo el murmullo
de un canon de voces de cristal,
quiero lo que quiero pero no lo quiero ahora,
lo quiero cuando lo quiero, cuando quiero,
que dura es la vida del escriba
preciso de la herida y el desangre,
atento a una palabra que no llega;
algunos merecemos menos fama.

Camino como trying harder
aunque algunos no lo sepan,
así conocí la balsa de la perla
la noche del día que fui oso,
así tropecé con la manzana
que quise darte de probar
antes de aquel último verso
en la curva inesperada de la calle,
¿a qué sabe el sabor del mango verde?

Escribo porque alguien debe hacerlo,
cuán lejos estoy de ser poeta
como lejos estoy de ser actor,
no sé que quiero con quien sé,
casi grito al aire mi deseo
con la astilla de testigo,

Poco pude aprender hoy,
disfrutar cortando ramas,
acordarme de la amnesia y el olvido,
aceptarte como soy,
recordar hasta mi ausencia,
encontrar el papel perdido,
soy un escritor que no sabe
vivir con eso ni sin eso.

martes, 6 de noviembre de 2012

El amor


Algunos desinformados consideran a las relaciones sexuales como un fundamento del amor, lo que expone y deja en evidencia que el amor es algo que algunas personas aun no conocen. La ecuación es al revés. El acto sexual, eso que de lejos parece una batalla campal y carnal entre los cuerpos, en realidad es un proceso anárquico de construcción de un ideal, una tarea colaborativa en la que ambos amantes se complacen complaciendo, y encuentran el mayor gozo en el gozo provocado, pero no es la base sino la cúspide del amor, es la piedra central del arco romano, es el vértice de la pirámide, en ambos casos es necesario, para que el arco no se caiga por su propio peso o la pirámide no se note incompleta. .

Las bases del amor son otras. El amor parte de un compromiso, que es el respeto por la otra persona y por uno mismo, de sostenerse en la verdad, nace de la voluntad de construir sobre esa verdad básica un entramado común, que sea recíprocamente sostén cuando es necesario y un mecanismo de elevación y crecimiento ante cada oportunidad. El amor requiere confianza absoluta en su capacidad de repago, en que todo lo que hagamos en su nombre resultará en nuestro propio provecho, a corto, mediano o largo plazo. El amor implica un beneficio indirecto, para obtener lo mejor doy todo lo mejor que tenga con la absoluta certeza y convicción de que todo cuanto hemos dado nos será devuelto con creces. El que quiera tomar para sí el fruto antes de hacerlo pasar por el otro no va a recibir lo que espera sino lo que merece, el que va a tomar para sí del plato compartido antes de colocar lo que tiene en ese lugar debiera en primera instancia sincerarse consigo mismo y ver a que le está llamando amor, porque en algún lugar lo ha perdido. El amor es una totalidad, el amor es entrega total y el amor es aceptación total, sino es un contrato, sino es un acuerdo, y podrá ser un excelente contrato, un acuerdo provechoso, para una o ambas partes, no soy quien para cuestionar la manera en que cada uno saca adelante su vida, disimulando su soledad y su fragilidad, la manera en que cada uno de nosotros pone cosas entre uno mismo y la perspectiva cierta de nuestro inevitable final común para no pensar en él, y hasta debiera respetar que cada quien le diga amor a lo que quiera. No tengo una verdad absoluta -si acaso existe- pero tengo una opinión formada sobre estos fundamentos.

Quien se acerque a mí y me pida amor, debe entender a que llamo yo de esta manera, conocer la baraja con la que juego, prepararse a recibir todo de mí y estar dispuesto a dar vuelta los bolsillos hasta el último centavo. Así es como amo. Así es como espero.

lunes, 5 de noviembre de 2012

La canción de los grillos

Oigo grillos a lo lejos,
una marcha de grillos y trompetas
anunciando nada, mas que la llegada
tuya trayendo tantas cosas.

De pronto estás aquí y estoy completo
así como así estás aquí y ya está todo.

Llegar en el momento exacto,
llegar cuando hace falta,
en la hora en que el peligro arrecia,
en el instante antes que tarde.

De pronto estás aquí
y tengo todo y nada falta,
y estoy solo y contigo,
solos tú y yo y que descansen
todos mis otros,
todas mis voces salvo esta,
las que sé hacer venir a acompañarme
hoy se han vuelto innecesarias,
no importarnos nada, mas que nosotros mismos
no importarnos nada más que nada

De pronto estás aquí y estoy completo
escuchando grillos y cigarras
hablar enloquecidos del verano
bailando en la misma rama.

De pronto estás aquí y no hay más nada
que tu voz y tu presencia y tus alas.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Tres deseos

De las cosas que digo y tiendo a repetir, tiendo a repetir Cortázar, tiendo a repetir muerte (en una acepción insospechable para quien no conoce el secreto celosamente guardado), tiendo a repetir locura porque es un tema que me compete y tiendo a repetir una publica manifestación en este lugar, una sorda manifestación en el lugar donde dejo impúdicamente expuestas las cosas que escribo: quiero pasar el resto de mi vida escribiendo, y quiero hacer teatro y quiero hacer el amor. Son los tres grandes deseos que tengo el día de hoy y desde una fecha imprecisa hasta hoy son los deseos que tengo todos los días.

Mis tres deseos históricos no se han cumplido. Quizás –dirán los supersticiosos- porque los hice públicos aunque no reconozco haberlos dicho en voz alta como la causa de que no se cumplieran. De aquel llegar a viejo contigo no quedó nada (contigo era otra persona, no ustedes), de el nunca perder mi casa tampoco voy a tener la suerte de no ver que no se cumple y sólo me queda en pie uno de los tres originales, el ver mis muertes en el orden debido, y de este que hasta hoy se cumple el orden debido me tiene entre ceja y ceja. Me estoy reclamando a mi mismo para sostenerlo, me estoy reclamando el terminar de matar a un Juan que debe morir junto con un pasado y darle lugar al Juan que quiere cumplir estos nuevos tres deseos.

Me había propuesto desde hace unos días pasar del decir lo que me pasa al hacer lo que me pasa y entonces hasta hace unos minutos me resistía a decir lo que me pasa ante este grabador, pero en este momento, en este lugar, a once kilómetros del lugar en el que cumplí lo ultimo que elegí hacer antes de lo que quiero hacer ahora, se interpuso este querer decir. Soy indulgente conmigo convenciéndome en una metáfora autorreferencial de que en este momento no estoy diciendo lo que me pasa sino que estoy haciendo lo que me pasa y lo que me pasa es querer decir lo que me pasa.

Mañana ante el auditorio del C.A.P. voy a hablar seriamente con alguna persona sobre uno de estos tres deseos. Quizás dos. Mañana haremos lo que nos pase mañana y dentro de un rato, en un rato, cuando tenga la posibilidad de dejar de estar hablando solo también seré lo que me pasa.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Encuentro


Por vos.
Elijo una camisa importante y me esmero.

O si lo querés por mi.
Por acercar a mi a la persona que quiero cerca.

Hace un tiempo noté que el resto de mi vida cambia a cada instante.
No se mañana.
No se pasado.
Ejerzo una duda razonable sobre quien seré la próxima vez que me despierte.

Desde hace unos días, una duda me persigue.
Y creo que esta noche me da alcance.

Esta noche es el encuentro.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Generosa


Como un puntazo
me llega la palabra generosa
anunciando estar dispuesta,
se enciende la pluma, y algo más,
toda la hoja se estremece.

En el ida y vuelta de las voces
mi eco habló el mismo idioma,
distingo letras, cuatro flores,
escasas estaciones del amor
que de pronto se palpa primavera,
no me importa como sino cual
ni tampoco cuando sino donde
están tu sombra y el milagro.

El tiempo se detuvo en ese instante
alumbrando planes que no hice,
sólo un corazón fuera de ritmo
elegía de acordes disonantes.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Palabras prohibidas

Hay algunas palabras que trato de no usar. Los absolutos siempre me han parecido inalcanzables, aunque en esta frase que acabo de decir he cometido el primer furcio: casi siempre me parecen inalcanzables.

La palabra siempre y la palabra nunca son ciertas hasta el día de la excepción. Siempre que llovió paró, pero algún día va a empezar a llover y no va a parar nunca más; y nunca estuvo celeste la luna, pero algún día lo va a estar. Estos son ejemplos forzados, pero desde el punto de vista de la lógica más estricta, el siempre y el nunca sólo existen hacia atrás. De acá en adelante todo es posible, aunque debiera decir casi todo para ser consecuente con lo que digo. Asumo el casi como implícito en estas afirmaciones.

La única demostración posible de algo es por la vía positiva. Podemos verificar que una acción produce una reacción y nos simplificaremos la vida diciendo que siempre -aunque quepa una reserva- y aunque no podemos ser categóricos al afirmar que una acción no la produce nuevamente nos arriesgamos diciendo nunca. Falacias. En un tiempo tantas veces infinito, no podemos negar la posibilidad de nada.

El todo o nada es una variante de lo anterior, es mas atemporal, no tomamos el todo o nada en función del tiempo sino en función de cantidades, entonces la distinción posible en la escala del tiempo es que el todo o nada hacia atrás podrá ser cierto o falso, pero hacia adelante toma la forma de promesa o de apuesta.

Asocio –no sé porqué, quizás porque es un tema que me desvela- la palabra todo a la palabra amor. Me salen frases quizás cursis, como “todo es amor”, “el amor es todo”, no por cursis menos verdaderas. En particular el concepto de amor que yo defiendo es que el amor es todo, y cuando digo todo es todo, y este si es un todo sin condicionamientos ni excepciones ni letra chica. No hay un casi todo que sea amor, de ninguna manera.

La idea de nada me da miedo. No debiera tenerle miedo a nada, pero a esta misma idea le tengo un poco de miedo. La posibilidad de no lograr nada, no tener nada, no conseguir nada. La altísima probabilidad de que este tiempo que vivimos sea todo y que después no haya más nada nos ha desvelado a todos, o casi todos, desde siempre, o casi siempre, y el hecho de que esto sea todo y después nada es definitivamente el gran motor que debemos honrar.
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