jueves, 12 de enero de 2012

Paulo Markecoelho

No soy crítico literario. No he leído mucho, ni siquiera lo suficiente para opinar con más derecho que mi pretensión sobre Paulo Coelho, en quien encarnaré al marketing y sobre quien descargaré mi diatriba.

Hice varios esfuerzos, infructuosos, por no abandonar la lectura de "Veronika decide morir". Finalmente, aunque defiendo la constancia como virtud, desistí de tragarme el resto, y preferí otras maneras de esperar el sueño. Tengo una sola noche por día, como para malgastarla en algo que no me va.

Me llamó desde un principio la atención la casualidad editorial, de que todos los libros eran del mismo tamaño, con la misma diagramación, espesores similares, y distinto color. Como incitando a la colección. Cómprelos todos, póngalos en fila en un estante. Alguna visita verá su biblioteca y le dirá, sorprendida: ¡Ah, los tenés todos!, a mi me falta el celeste.

Porque, como todos sabemos, un libro "adecuado" debe tener más o menos este tamaño, esta forma. No muy corto, porque si no el precio parecerá excesivo. Tampoco muy largo, porque la gente no tiene tiempo de leer en este mundo tan acelerado, además de que al fin y al cabo el papel cuesta. La letra más bien grande, para que se lea con comodidad. El titulo claramente visible, para que la gente pueda saber que está leyendo el otro, o para que uno pueda presumir de lo que lee.

Y ya están los anuncios: LO-QUE-SEA, el nuevo libro de Paulo Coelho. Ya desde el vamos, la semántica del anuncio desnuda todo. El nuevo libro. En marketing esta estudiado, cuales son las palabras mágicas: NUEVO y GRATIS. Como se trata de ganar dinero, tachame gratis, y nos queda nuevo como argumento. Este es el nuevo. El otro es el viejo, así que tiralo, y comprate este. Y suponiendo que una persona haya tenido la fortuna de escribir y publicar un buen libro, ¿aparte del autor, que otro mérito comparte el siguiente libro con el primero?. ¿El segundo va a ser bueno por que el primero lo fue?. ¿Que es, una saga, una continuación?. No, al menos desde el punto de vista del lector, cada uno de sus libros es independiente del anterior. No son una saga de libros, para nosotros. Para otros si. Son una saga de ediciones, una continuidad de negocios. Si te gustó el modelo anterior, ahora comprate este. Y si hasta ahora no tuviste la oportunidad, este está bien para empezar.

Salvo algunos pocos casos, mayormente locales, no conozco la cara de los escritores que leo. No me interesa conocerles la cara tampoco. Pero a él si le interesa mostrarla. He visto su cara demasiadas veces, no sé por qué. Siempre es la misma cara, canoso, mayormente calvo, barba candado, prolijo, sonriente. Bien televisivo. Nadie quiere leer las obras de un tipo desgarbado, desaliñado, con cara de hastío, o malhumor. Necesitamos una cara ¡pum para arriba! que vende mejor, ya que no podemos usar un par de tetas.

Abundan los datos de su éxito editorial. Ha escrito tantos libros, traducidos a tantos idiomas, editados en tantos países. Ha vendido tantos millones de ejemplares. Ya recaudo tanto dinero. Basta ir un poco a Google para confirmarlo. Coelho, Vargas Llosa, Garcia Márquez. Por poner tres ejemplos de escritores latinoamericanos. No se habla de la obra, no se habla de la sustancia, !se habla en los términos del negocio!.

No descarto la coincidencia de que este autor sea brasileño al igual que la Iglesia Universal. Son dos casos en los que mi crítica no se basa en el contenido. No sé si lo que escribe Coelho es bueno o es malo (lo que intenté no me gusto, y no quise intentar más, pero en todo caso es una tara mía que a nadie perjudica), y no voy a defender mi posición basándome en que la he visto repetida en otros lados, como tampoco sé si los pastores de esta iglesia creen lo que dicen o no. No sé ni me importa si a alguien le sirve leer a Coelho o asistir a las reuniones de esta organización. ¿Que te gustaría leer?. Eso te escribo. ¿Que te gustaría encontrar en una iglesia?. Eso te ofrezco. Lo que importa es agradar y cautivar al cliente; que el pobre reconozca la marca y sepa que en ese producto tiene una garantía de satisfacción. Ore con fe o sin ella, lea con dedicación o desinterés, pero como sea, consuma, que de eso se trata.

1 comentario:

  1. Leí un libro de Cohelo, no se qué de la montaña y dije, esto ya lo escribió Hess con muchisisisisisimo mas estilo por supuesto, lo de Cohelo era facilito, como para que ni se te muevan las neuronas.

    Y así todo no me pareció mal leer un libro, ahora, para qué mas?????????
    Cuando leo, una de las cosas que mas me atrae es el ejercicio del pensamiento, si me lo dan digerido me aburre tanto, que me termina pasando lo que a vos, que lo dejás ahí...

    Hiciste una muy buena entrada con este tema, yo no lo hubiera podido decir mejor y eso que pienso lo mismo!!!

    Que tengas un buen día!

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