viernes, 6 de enero de 2012

¿Es posible entender?

Alguien por ahí parecía lamentarse de no haber entendido lo que otro escribió.

¿Es necesario entender?. ¿Debemos lamentarnos de no haber entendido?. ¿El autor quiso ser entendido?. ¿Sirve de algo entender?. Cada una de estas preguntas, y sus posibles vueltas de tuerca, esconde una falacia; como si se tratara de un juego de "sacar de mentira verdad", construye un interrogante sobre algo que da por válido, y a esta misma validez dirijo mi objeción.

El lenguaje es un sistema de convenciones. Le ponemos, a cada palabra, un conjunto de propiedades, algunas más opinables que otras. La primera propiedad de una palabra, la más evidente, es su significado. Después veremos si son palabras vulgares, sonoras, anticuadas, modernas, confusas, musicales, rebuscadas o que.

Sobre algunas palabras, el significado, lo que convinimos, es más o menos predecible. Si digo SOL, todos sabemos a qué me refiero. Si digo LUNA quizás también. Si digo MAR puede complicarse un poco si preciso identificarlo mejor, pero en general, los sustantivos son las voces más fáciles de decodificar.

Los adjetivos son materia de opinión, porque son necesariamente relativos y subjetivos. ¿Que significa que algo sea BONITO?. Podemos coincidir en que una planta es bonita, una CLIVIA, por ejemplo, puede gustarte por el color y la forma de sus hojas, a otros por sus flores, a otro porque le recuerda ayudar a su madre durante su infancia a multiplicarla en el jardín, y a otro por que asocia el color naranja con una chomba de Lacoste o una camisa de Gucci. Así que la planta, la misma planta, hace que varios coincidamos en un mismo lugar pero desde lugares distintos y por distintos motivos. Nos reunimos en considerar bonita una planta, y claro está, hay quienes no están de acuerdo y prefieren una camelia o una parra, y están quienes detestan las plantas también.

Los verbos son terribles. COCINAR. Recuerdo una de las primeras veces que cociné en la casa del amigo que me presentó a mi mujer. Tengo facilidad para los guisos. Una cacerola, lo que haya, y a comer con tenedor o cuchara. Empecé a preparar unos "bifes a la criolla" si mal no recuerdo, pero -ya lo dije antes, los significados son esquivos- esta versión llevaba puerro. Y yo estaba ahí, cortando el blanco del puerro en rodajitas, y ella estaba atrás, mirándome sin anunciarse, y yo lo sabía sin que ella lo supiera, y con precisión suiza y fingida concentración alemana cortaba las rodajitas de puerro una por una, como si eso fuera importante, o mejor dicho, plenamente inconsciente de la importancia que para mi posteridad y la de ella tendría ese gesto, que escondía una razón (como todos los gestos, incluyendo este post, que también lo es). Así que esa noche COCINÉ, cociné un guiso de carne y puerro y tomate y papas, y además cociné un futuro, y entonces pienso para mi mismo que si hubiera dicho antes recuerdo la noche en que cociné en casa de Mauro bifes a la criolla hubieras entendido, pero no sé qué hubieras entendido. Seguramente no hubieras entendido esto, que tampoco estas entendiendo.

Tenemos por lo menos cinco sentidos, una historia, un intelecto, un carácter. Cuando pongo una palabra en la hoja, estoy poniendo mucho más que algunas letras por escrito. Cuando digo, cuando hablo, cuando escribo, estoy tratando de condensar un universo intransferible.

Alguien lo explicó, mucho mejor que yo probablemente. Según me dijeron, fue Borges quien dijo: "toda palabra presupone una experiencia compartida" agregando "si alguien no ha visto nunca el rojo, es inútil que yo lo compare con la sangrienta luna de san juan el teólogo o con la ira; si alguien ignora la peculiar felicidad de un paseo en globo, es difícil que yo pueda explicársela."

Regalé hace poco, a mis hijos menores, unos libros sobre Miró y Kandinsky. Miró es más conocido quizás, hace unos años se veían por muchos lados reproducciones de algunas de sus obras. Nos han legado cosas muy bonitas, como esta por ejemplo, que me encanta y me fascina, pero no puedo entender.


En la fotografía, se hace un negativo y luego un positivo, y ya está la imagen, perfectamente igual al original, aunque imprescindiblemente incompleta. En el lenguaje, sea cual sea el dialecto -habla, escritura, pintura, música, cine, gesto- la pretensión de entender puede ser motivo de frustración. En realidad nunca entendemos, pero nos damos por satisfechos si le encontramos un significado al mensaje y más satisfechos si creemos haber recibido el mensaje que nos quisieron dar.

No me queda claro que significa todo lo que leo.
Pero a veces, cuando no entiendo, me conformo con que me guste.
No se si fui claro, no se si se entiende, pero espero que al menos aprecien el estilo.

3 comentarios:

  1. Creo que te entendí ;) y por supuesto me encantó el estilo!

    Pffffff qué alivio, besos!

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  2. Más claro que el agua.

    O eso creo.

    Saludos.

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  3. Siempre es muy fácil de explicar lo que no siempre es fácil de entender.
    Yo no siempre entiendo lo que leo. Pero hay textos que aún así me gustan. No sé el porqué.

    Saludos

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