lunes, 24 de octubre de 2011

Alcauciles

Adoro verte comer alcauciles
a mi no me gustan,
prefiero tomar un vaso de vino,
y charlarte,
entre petalo y petalo.

Sabiendo que lo mejor esta al final,
vas en busca de su corazon,
como deshojando una margarita,
jugando a la suerte quien sabe que.

Una por una las arrancas,
de un suave tiron,
y las sorbes,
apenas hincandole los dientes,
como raspandolas sin querer herirlas.

Vas desgastando tu paciencia, y la mia,
¿quien ha hecho tan dificil esto?,
perdiste la cuenta de las veces de la rutina,
y yo perdi el hilo de la charla,
y solo veo tu mano, y la flor,
y tu metodica perseverancia,
y veo tus boca que se abre y se cierra,
y veo tus labios humedos,
y tu ansia de desvestirlo de una vez,

Veo el brillo en tus ojos,
veo la ultima vez de la flor,
veo la gula convertida en lujuria,
el mordisco final, inevitable.

Y otro dia,
hoy ya no puedo hacerlo,
te hablare de los esparragos.

2 comentarios:

  1. Buen símil! Me encanta el giro que le has dado a "la práctica de comer de alcachofas". Un texto estupendo.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. me gustó, sí. Y los alcauciles...esa palabra.

    ResponderEliminar

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