sábado, 10 de diciembre de 2011

Noche

El crepúsculo se entorna como una ventana cómplice,
de las breves y mínimas horas huérfanas de razón,
una chance improbable de que no vuelva a amanecer,
y de que sea promesa la permanente amenaza,
de que será otro día el que vendrá mañana.

Me confabulo con la oscuridad de la noche,
para hacer posibles los supuestos necesarios,
tu presencia entre los vacios y las sombras,
la reducción de la vida a un almíbar agridulce,
una tumba desierta en el cementerio de los días;

El infinito olor de tu cuerpo y las magnolias,
me llega montado sobre un aire espeso y húmedo,
que alimenta las sábanas de nuestra nave insignia,
como presagio y augurio del naufragio,
con que el mar embravecido premia a los barcos,
que navegan a la deriva con sus velas recogidas,
libres de muelles y destinos, de anclas y de faros.

2 comentarios:

  1. se te da bien la poesía también. Te inspira algo grande. Precioso. Y preciosísima la última estrofa y el símil.

    Saludos

    ResponderEliminar

Prefiero no recibir comentarios anónimos y sin firma.
Si no tiene una cuenta, invéntese un nombre de fantasía.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...