no quedan restos en la botella,
y pronto no quedarán
ni los rastros de la otra.
Debiera emprender la retirada
renunciando a todos los halagos,
la fama y el aplauso son tan sólo impostores
y el éxito un espejismo seco
como la arena que obstruye mi garganta.

-vanas vanidades de poeta-
no existe nada entre todos mis papeles,
sólo palabras entre pentagramas,
garabatos confusos y vacíos.
Renunciar a los halagos y a la fama parece el inicio de un prometedor camino.
ResponderEliminar"-vanas vanidades de poeta-", excelente. El artista (poeta) no es acaso un ser vano lleno de vanidades?
ResponderEliminarMuy bueno...