Notaste que hablé
de matrimonio
y de luna de miel,
notaste
que te escribí un poema
y te di las gracias,
que hablé
de dedicarme a lo que más me gusta,
que hablé de escribir.
Te hablé como nunca antes,
te vi como nunca antes,
fue todo tan claro,
está todo tan claro
haber dejado
todo
gracias a vos.
No sé ahora,
no sé de acá en más,
no sé más nada
más que lo que ahora sé
y lo último que supe
tapa todo lo anterior,
lo último que supe
es la verdad más grande,
la más completa,
la más perfecta.
No quiero decir
ni una sola frase repetida,
quiero encontrar
formas completamente nuevas
de decir las cosas,
está todo por empezar,
sólo veo
mi número de la suerte,
acaba de salir
en el sorteo.
De cada segundo
hay un antes y un después
y la vida
es después,
ahora si
es mi hora,
ahora sí
hay
una puerta que está cerrada
y una puerta que está abierta.
No sé si pagar
porqué ya pagué mucho,
espero un tren
y quizás sea el último
el que estoy tomando.
De pronto encuentro
que la vida cotidiana
me dicta versos
con una voz incansable,
eternamente antigua,
no hago más que pensar
en las formas de la poesía,
en seguir
encontrando letras
para dejar testimonio
de mí.
Ahora
el tiempo tiene otro valor,
ahora
parece pasar más rápido
y quedar menos,
ahora
cuento los días,
me siento propio,
pertenezco.
Lo bueno de las verdades
es que nunca se olvidan,
dejar la basura en un rincón,
ver delante.
Quería decirte
lo que nunca dije,
nunca antes
de esta manera,
quiero dejar de hablar,
después de que entiendas
quiero cerrar la boca,
empezar de nuevo,
decir que si,
ser parte,
no testigo
de un camino tan propio.
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