lunes, 12 de noviembre de 2012

El deseo y el temor

El deseo y el temor (12/11/12)

Hay un grado de equivalencia planteado académicamente entre el temor y el deseo, hay una relación entre ambas cosas que tienen que ver con nuestro origen más primitivo posible. En el momento en que empezamos a pensar el temor y el deseo se aproximan. A nivel individual esto es así y a nivel general entendiendo por general el nivel más amplio posible, el nivel de la especie hu
mana. A ese nivel, cuando dejamos de ser como raza biológica algo no pensante para ser algo pensante, en ese preciso momento conocimos el deseo como motor de la acción y el temor como freno después de ver que alguna vez el deseo nos hizo sentir mal. El primer ser humano sobre esta tierra que tuvo la posibilidad de pensar tuvo un deseo y probablemente a ese primer ser humano algo le haya pasado y el segundo ser humano viendo lo que le pasaba al primero conoció el temor.

El temor debe ser posterior al deseo. Primero deseamos y después tememos. El temor y el deseo nos han acompañado desde –disculpen mi ignorancia- no sé si antes de Neanderthal o antes de Cromagnon, alguno fue más antiguo que el otro pero yo estoy hablando del hombre más antiguo de todos, el que no queda claro ni siquiera de donde fue. Ese primer ser humano conoció el deseo y ese o el que siguió conoció el temor y desde entonces hasta hoy están con nosotros. El deseo para decirnos donde y el temor para decirnos como. (Que y donde, cómo y cuándo).

Llevando esto a un plano más personal en la palabra temores coincidí contigo el otro día, en reconocernos mutuamente que tenemos temores que tienen que ver con lo que deseamos, por ahí uno piensa que el temor es no poder el deseo. Yo no tengo temor de perder nada de lo que no me importa. De lo que no me importa todo se puede perder. Lo que me importa es imperdible, lo que me importa es un deseo y a partir del momento que tengo el deseo contigo tengo un temor, de no poderlo. Estamos viviendo un pequeño milagro, si un milagro puede ser pequeño. Lo que estoy viviendo es un milagro, y está como un poco a prueba ver si es un milagro de verdad. El temor de que no nace del deseo porque si. Donde nos importa no podemos perderlo, lo deseamos y cuando lo deseamos conocemos el temor. El temor nos dice como lo que el deseo nos dijo donde. Primero se desea. Me complace compartir este milagro.

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