jueves, 11 de octubre de 2012

Ultimas instrucciones

Todos los que están aquí –los veo pasar aunque no lo noten- están presos de las mismas ilusiones y llegado el caso vivirán el mismo desengaño. Lo de la vida eterna es una figura literaria, es una metáfora de algo que hoy estoy un poco más cerca de entender; lo de la reencarnación es un poco más dudoso, y si se quiere es materia de opinión, lo que deja el tema mas allá de toda discusión posible.

No estoy cómodo acá. Por más que se hayan esmerado me siento oprimido en este espacio que me han reservado. ¡Ah!, que ganas de estirar los brazos, de bajarme y caminar por el camino que me toca, pero sé que este no es ni el momento ni el lugar, y que mucha gente viviría con una mezcla de sorpresa y terror o sorpresa y alegría si me vieran salir por esa puerta sobre mis propios pies.

Estos años no fueron tantos pero si fueron suficientes para dar las cosas por cumplidas. Lo que se hizo se hizo, lo que se pudo se pudo, y lo que no si es importante lo harán otros y si no quedará sin hacer.

Por mi parte, pienso que ya es tiempo de partir, y me voy confiado en que se respeten mis últimas instrucciones: no suelden el ataúd, y dejen la bóveda sin llave.

-.-

nda:

Para la gente lineal, vaya la necesaria advertencia: Es un cuento; ¡no estoy anunciando mi suicidio!

Hace un tiempo volví sobre Cortazar, del que recordaba un disco donde èl se autoleía, una de cuyas pistas era precisamente "Conducta en los velorios". Por dècadas, mi memoria me lo presentaba a èl como el muerto describiendo la escena, hasta el reencuentro hace unos meses y la rectitficacion de la imagen. Se ve que algo de eso me quedo dando vueltas, aunque no recuerdo haber hecho una sinapsis consciente el dia que tuve y obedeci la idea de este texto.

Para los que me conocen màs o mejor, para los que conocen de mi pasado y mi presente lo que otros no saben, puede haber por ahi una metàfora bastante clara de por donde me estoy pasando cierta instruccion; sobre esto no darè una explicaciòn colectiva. El que no lo entienda, disfrute el cuento.

Una coincidencia màs, aqui en Argentina existe una asociacion de numeros y significados, a la que se acude desde el azar o intentando invocarlo en los sorteos. Al 48, precisamente mi edad, le corresponde "il morto che parla", y desde el màs allà de ese lugar de muerte que alguien me recomendo ¡hoy alzo mi voz!


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