¿Nos sorprenden acaso
las consecuencias?
No tengo
del amor que temés
para darte,
tengo el amor agradecido
de los ojos abiertos,
de los oídos útiles,
tengo la suerte del sostén,
la referencia, el refugio,
la complicidad del propósito,
el mutuo entendimiento,
Ni ella ni él,
la persona y el alma,
el aura y la luz,
tanto por aprender,
tanto por recibir,
y la tierra girando
nos roba los días.
No conozco la envidia,
ni la codicia,
no mido la parte que me toque,
prefiero el pupitre al pizarrón.
Me ha parecido tan bonito...
ResponderEliminarSaludos!