Por favor
no seas cruel,
no me obligues,
no preguntes.
Palabras que no sé
o no quiero saber,
intento olvidar,
ocultarlas
bajo un montón de día a día
y de rutinas.
Las cosas
van como van,
siguen su ritmo,
su derrotero
Juego a ser el capitán
de un barco sin timón
ansiando
una corriente cálida
que me aleje de los hielos
y me lleve
a aguas tranquilas.
Entre todo esto
que me pasa
está lo que no me pasa,
ausencias
dolorosamente insoportables,
deseos
diametralmente insostenibles,
y un centro
que me elude,
que me evade,
que se resiste
a coincidir conmigo
A la vida que soñé,
-la que me prometí-,
aun no llego,
a esa promesa de refugio
cuya llave fue ofrecida.
Aun estoy solo,
aun espero,
aun respiro.
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