Viernes, temprano,
volviendo o yendo,
no sé, ¿que más da?,
si siempre es ir.
Felicidad y nada más,
pero el amor es parte
o miente la palabra nada.
Se me hace urgente
el cuerpo que preciso
se me hace omnipresente
la ausencia de sus ojos.
Y de pronto un espejismo
golpea en la puerta,
voces amigas que se leen
palabras disociadas de la carne.
Entender la búsqueda
como un atajo falso,
entender que la flecha
deja una herida,
y la espera duele
y la ausencia mata.
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