10/11/12
Preciso descansar. A la falta de horas de
sueño, sistemática, a la reiterada postergación del reparo, le sumo
haber estado comiendo y bebiendo. Mi cuerpo acusa recibo de un ritmo
insostenible y me presenta la cuenta en forma de pesadez y somnoliencia.
Protagonizo una carrera de resistencia, me acerco a la meta, exhausto,
con los párpados grávidos y densos suplicándome que permita que la
fuerza de gravedad los clausure hasta que la cama se aburra de mí y me
expulse entrada la mañana. Quiero dormir, dormir y dormir. Quiero
sentirme liviano, enfrentar lo que sea sin esta permanente sensación de
hastío que me doblega invitandome a cerrar los ojos y hacerme un ovillo,
a esconderme de la luz.
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