son las cosas sin nombre,
milagros intangibles.
Percibir la luz que se refleja
en tus ojos serenos como lunas,
el olor del aire cuando exhalas,
las baldosas tibias tras tus pies
y esa voz hecha íntimo secreto.
Cuando estoy contigo
no estoy solo sino a solas,
el mundo se eclipsa entre tus labios
y el sol se evapora en tu presencia;
eso también me gusta de ti:
como se enciende lo que iluminas
y se apaga todo cuanto no hace falta.
Cuando estoy contigo a solas
el universo se reduce a nada
más que ese espacio compartido
de brazos y piernas como espadas
afiladas y melladas tantas veces.
Cuando estoy contigo a solas
somos castillo y torre
y somos foso y planchada,
somos sólo necesarios,
sólo un todo entre la nada.
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