todo estará siempre bien,
aunque las nubes
hacen sombra y se hacen niebla.
Con la misma pala
con que trabajo la tierra,
con la misma cavo
el refugio del cadáver
que me habita,
me acompaña y me gobierna
haciéndome promesas al oído.
La muerte, otra vez
se hace presente y me saluda,
me trae flores, me corteja,
enciende velas, quema mirra,
pone los platos sobre la mesa
y tiende la mesa sobre mi lecho.
Está en duda mi lugar en el banquete,
la suerte de saciar mi gula
o una entrada triunfal en andas
con las vísceras ausentes
y el maxilar vencido
por un fruto entre los labios.
Todo está bien, menos el resto,
también todo estará bien cuando no esté,
siempre desprecié los funerales
disculpen si llego tarde al mío.
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