La sensación de no saber quién soy,
donde estoy, a donde voy
montado en esta bicicleta de dos ruedas
voy mirando y veo recuerdos
de cumpleaños infantiles,
de flores de plantas plantadas,
la exacta sensación en la garganta
que no es tan nueva,
me cuesta no quemarme con el fuego,
me cruzo con gente que no está al tanto de nada.
Apurando un final que hace mucho ha sucedido
ya sé todo lo que preciso o precisaba
y me demoro haciendo cuentas y pasando en limpio,
sigo hablando y no sé si a alguien le importa,
no vale la pena complicarse en un final,
yo conozco la voz con la que hablo,
debiéramos tener una conversación ella y yo,
a veces me ofende, me escucha,
a veces llego a aceptarlo todo
y sostengo los naipes
castillos sobre burbujas.
Todo es tan imposible como posible,
no encuentro el orden,
estoy llegando a un lugar que yo conozco
para ir a otro lugar que yo conozco
pero no puedo hacer el viaje corto,
veo más gente que hace un rato,
veo las ofertas a las que obliga la hora.
Me miro como escribo y eso me distrae
del auto que me pasa, de la moto que lo sigue,
de lo que estoy pensando en forma recurrente,
tiempo de decirle basta a algunas pieles,
una piel nueva, un cuerpo más liviano,
la gente se habla como si se entendiera
y yo cambio el rumbo y ahora voy hacia el oeste
hacia la tarde, sigo mi sol
año nuevo vida nueva, el dicho dice y faltan dos días
que es como la mitad de medio segundo,
ya no necesito lo que no se necesita
cuando se obtiene lo que se necesita,
a esto hoy le digo adiós
aunque el eco canta indulto hasta la vista.
La vida no es margaritas a los chanchos
sino chanchos y margaritas,
ahora tengo el alma campechana
de decir las cosas simples,
este poema de pronto es un adiós
con el que alguien de algo se despide,
si es tiempo de cruzar pues dar el paso,
caminando se pisa más que en bicicleta
y para pisar hay que pisar descalzo.
De pronto me escucho
mis aires de poeta,
me avergüenzo de mi tercera persona
la que mira lo que hago,
le doy un par de vueltas a la plaza del pueblo,
intento hacer pie firme, no muy a salvo
y esto es porque no estoy pensando en mi mismo,
a veces es sólo sentarse y tomar un helado,
lo demás ya está resuelto,
lo importante se sabe, sino no importa,
descansar un rato, desear que nadie nos vea
que no nos importe nada,
pero nada excluye todo.
Sólo resta el silencio.... Un abrazo.
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