Mi voluntad,
carcelera de mi mismo,
yace en mi sangre,
que me recorre,
que me conoce,
que me gobierna,
testaférrea de mi carne.
Presa en mis venas,
mantiene el instinto alerta,
nutre el músculo,
y esconde las intenciones,
del hombre en sus cavernas.
Oxidada y líquida,
del color de las pasiones,
la vida que me circula,
elije tus besos,
para jugar vampiros,
y matar y morir,
cruzando piernas y sangrías.
Qué bueno!! y qué arte tienes para cerrar el círculo del texto, siempre!
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