Extraño sentir,
el deseo de tu piel sobre la mía,
tu respiración entrecortada,
tu corazón agitado en forma desprolija,
tus ojos en llamas,
y la anarquía hecha carne.
Conservo un recuerdo lejano
de cuando nada era importante,
y todo era parte del misterio
y los defectos nos parecían virtudes.
La felicidad siempre es posible,
y la intención sigue siendo la misma,
aun cuando los caminos se confundan,
y la noche sea cómplice del día,
repitiendo el despertar del sueño y la vigilia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Prefiero no recibir comentarios anónimos y sin firma.
Si no tiene una cuenta, invéntese un nombre de fantasía.