Crepúsculos del descanso,
prólogo y epílogo,
donde la razón y la voluntad se callan,
y el músculo desobedece la inercia y la cordura.
Son esas horas,
entre sueños fugaces,
donde tu amor aun es posible.
Este es el momento,
en que mi voz se hace verso sobre ti,
y tu cuerpo se hace mar y se hace orilla,
y mis manos son jinetes en tus médanos,
y el pulpo y la medusa se cortejan,
y las olas impacientes y erráticas
se reiteran haciéndose espuma en tu arena,
indiferentes a lo que diga el universo
y atentas al capricho de la marea.
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