El agua se llevó todo,
y el viento se llevó lo que quedaba.
Salió el cero en los dados,
un comodín negro en la baraja,
y la perinola mintió pierde uno,
como si no supiéramos que todos.
A tanta certeza,
le sobreviven algunas dudas,
el resto de algo en la botella,
y un par de secretos,
huerfános de tiempo y de confianza.
Gané un vacío al lado de los otros,
y una silla estúpída que mira ausente,
a este señor solo de vos,
presidir tu gente en una mesa rota.
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